El Gran Escape (Jesu' es mas capo que MacGyver): Primera Parte

Vayan preparándose a mi próxima anécdota, que es una de las mas reveladoras que han salido de este blog de mierda, así que les sugiero que vayan poniendo el cassette del soundtrack de Misión:Imposible, busquen champagne, traigan pañuelos por si les da ganas de llorar -ya sea por lo mal escrito que esta, o porque los emociona-, y y empiecen a escuchar la verdadera historia de mi crucifixión y mi resurrección.

Para empezar, Yo y los 12 discípulos no eramos un grupo religioso, sino, un grupo revolucionario anarquista, que quería la libertad de nuestro pueblo judío de los romanos. Tratamos muchas veces de atentar contra los romanos, haciendo graffitis contra ellos, cantando canciones hippies contra su forma de gobernarnos, bailando la música prohiba, osea reggaeton, y aveces rompiendo las reglas de la vestimenta, usando minifaldas. Pero entre esos 12 discípulos, los romanos tenían un espía secreto, que era Judas, que muchos despechábamos de el, por el simple hecho de que solía vestir una camiseta que decía: "aguante Roma! Jesús terrorista de mierda". Tendría que haberle hecho caso a esa señal, pero desgraciadamente estaba muy distraido para ese momento con la nueva camiseta del Real Madrid que se compro Mateo.

Así que Judas, después de juntar suficiente información contra mi, líder del grupo terrorista "yo y los 12 discípulos", me llevaron preso, donde la CIA y la FBI me hicieron un juicio muy injusto, ya que tuve de abogado a un mimo, que se negó a defenderme y a decir ni una palabra. Me condenaron a morir a la cruz, y por eso, mis discípulos ya tenían un plan de escape para ese momento. Durante mis 3 días en la cárcel, Pedro me visitaba siempre, trayendome salsa de tomate, y algunas veces galletitas oreo, para simular los callos de los pies, pero no hubo caso, y me comí las oreos, y los callos, que sabían a atún. También tuvo la gran idea de comprarle la armadura a tres soldados romanos, así pueden hacerse pasar como mis verdugos durante la crucifixión. Todo estaba listo para mi gran escape ese día.